¿Quienes son los cristianos ?
Para que la palabra de Cristo llegue al mundo descreído o ateo, es necesario estar ecuménicamente unidos al Señor, no apartados ni enemistados, aún con diferencias doctrinales pero con el mismo Cristo
Por: Salvador I. Reding Vidaña | Fuente: Catholic.net
Cristianos son todos aquellos que reconocen a Cristo como Hijo de Dios hecho hombre; sus religiones proceden de la Iglesia que Cristo fundó, e intentan practicar y difundir las enseñanzas de Cristo (doctrina cristiana), amarlo a Él con el Padre y el Espíritu Santo y al prójimo como a uno mismo, y ganar Su gracia obedeciendo la voluntad del Padre en la vida diaria, cumpliendo sus mandamientos.
Así, son cristianos los anglicanos, metodistas, ortodoxos rusos y griegos, calvinistas, luteranos, adventistas, menonitas, baptistas, metodistas, episcopalianos, cuáqueros, presbiterianos, puritanos o congregacionalistas, etc. y en primer término los de la Iglesia que Cristo fundó: los católicos. Se incluyen todas las iglesias ortodoxas, protestantes y evangélicas, con sus diferendos doctrinales. En cambio, los Testigos de Jehová no son cristianos, no reconocen su carácter divino. Tampoco los mormones son realmente cristianos, ni el Islam, que lo ve como gran profeta, pero no como Dios.
Son también cristianos otros fieles que deciden seguir su palabra y obedecerlo, incluyendo a tantos nuevos grupos religiosos y sectas que han ido creándose en estos últimos decenios, muchos de los cuales se arrogan indebidamente en exclusiva el derecho de llamarse cristianos. Hay también creyentes que deciden considerarse cristianos individualmente, sin pertenecer a una iglesia u organización; dicen que son no-denominacionales.
Así pues, nadie puede arrogarse el derecho único de llamarse cristiano, desdeñando ese mismo derecho que tienen todos los demás cristianos del mundo, y que pertenecen a iglesias o grupos diferentes. No olvidar que nos une la fe en Cristo y siglos de doctrina común básica.
Todos los cristianos, de todas las iglesias, grupos, sectas y denominaciones debemos estar unidos en Cristo como Él nos lo pidió, para llevar su mensaje evangélico al mundo (actualmente en crisis de valores), principalmente con el ejemplo, igual como Él dijo a sus discípulos, tras lavarles los pies: “Les he dado el ejemplo, para que hagan lo mismo que yo hice con ustedes”. (Jn 13:15), y recordando Su nuevo mandamiento: “Así como yo los he amado, ámense también ustedes los unos a los otros. En esto todos reconocerán que ustedes son mis discípulos…” (Jn 13:34-35).
El mundo está lleno de enemigos del propio hombre, de la familia y el matrimonio, de la vida misma y por supuesto de Dios, y llenan a este mundo de mensajes, ataques y leyes contra la Palabra del Señor. Frente a ellos, todos los cristianos debemos trabajar en la misma senda y no tomar acciones o palabras que nos dividan, mucho menos que creen adversidades o enemistades. Esto es el ecumenismo: la búsqueda de la unidad cristiana.
Cuando alguien que se hace llamar cristiano, pero contrariando el deseo de Jesús, insulta, ataca, desprecia, injuria, difama o calumnia (sobre todo) fanática y perversamente a cristianos de otras iglesias, no tiene porqué llamarse cristiano. Ante una gran embestida internacional anti-cristiana, y antirreligiosa en general, urge primeramente el diálogo ecuménico interreligioso cristiano, no practicando o aceptando la difamación o agresión injuriante contra otros cristianos.
Hay algo ¡muy importante!: toda persona tiene el derecho de manifestar sus opiniones y diferendos con otras personas u organizaciones, criticar y señalar lo que no le parece, pero siempre dentro del trato digno que todo ser humano merece (es decir: trato cristiano), sin mentiras o injurias. Debemos vivir en paz cristiana.
Todo cristiano pues, debe conducirse como tal, amando al prójimo como a sí mismo, sin pretender excluir a los demás cristianos de esas otras iglesias y denominaciones (por eso la Iglesia Católica los considera cristianos o hermanos “separados”). Nada de que cristiano soy yo y ustedes, los demás, son otra cosa, esto es distanciar, confrontar, no unir.
Hay organizaciones religiosas, incluyendo el budismo, cristianismo, hinduismo, islam, jainismo, judaísmo, sikhismo y zoroastrismo, por ejemplo, que han iniciado ya un diálogo interreligioso, para bien del hombre, por lo que para dialogar con los no-cristianos, nosotros debemos estar unidos en Cristo, aún con nuestras divergencias.
Para que la palabra de Cristo llegue al mundo descreído o ateo, es necesario estar ecuménicamente unidos al Señor, no apartados ni enemistados, aún con diferencias doctrinales pero con el mismo Cristo. ¡Que todos gocemos de la paz del Señor!
Por: Salvador I. Reding Vidaña | Fuente: Catholic.net
Cristianos son todos aquellos que reconocen a Cristo como Hijo de Dios hecho hombre; sus religiones proceden de la Iglesia que Cristo fundó, e intentan practicar y difundir las enseñanzas de Cristo (doctrina cristiana), amarlo a Él con el Padre y el Espíritu Santo y al prójimo como a uno mismo, y ganar Su gracia obedeciendo la voluntad del Padre en la vida diaria, cumpliendo sus mandamientos.
Así, son cristianos los anglicanos, metodistas, ortodoxos rusos y griegos, calvinistas, luteranos, adventistas, menonitas, baptistas, metodistas, episcopalianos, cuáqueros, presbiterianos, puritanos o congregacionalistas, etc. y en primer término los de la Iglesia que Cristo fundó: los católicos. Se incluyen todas las iglesias ortodoxas, protestantes y evangélicas, con sus diferendos doctrinales. En cambio, los Testigos de Jehová no son cristianos, no reconocen su carácter divino. Tampoco los mormones son realmente cristianos, ni el Islam, que lo ve como gran profeta, pero no como Dios.
Son también cristianos otros fieles que deciden seguir su palabra y obedecerlo, incluyendo a tantos nuevos grupos religiosos y sectas que han ido creándose en estos últimos decenios, muchos de los cuales se arrogan indebidamente en exclusiva el derecho de llamarse cristianos. Hay también creyentes que deciden considerarse cristianos individualmente, sin pertenecer a una iglesia u organización; dicen que son no-denominacionales.
Así pues, nadie puede arrogarse el derecho único de llamarse cristiano, desdeñando ese mismo derecho que tienen todos los demás cristianos del mundo, y que pertenecen a iglesias o grupos diferentes. No olvidar que nos une la fe en Cristo y siglos de doctrina común básica.
Todos los cristianos, de todas las iglesias, grupos, sectas y denominaciones debemos estar unidos en Cristo como Él nos lo pidió, para llevar su mensaje evangélico al mundo (actualmente en crisis de valores), principalmente con el ejemplo, igual como Él dijo a sus discípulos, tras lavarles los pies: “Les he dado el ejemplo, para que hagan lo mismo que yo hice con ustedes”. (Jn 13:15), y recordando Su nuevo mandamiento: “Así como yo los he amado, ámense también ustedes los unos a los otros. En esto todos reconocerán que ustedes son mis discípulos…” (Jn 13:34-35).
El mundo está lleno de enemigos del propio hombre, de la familia y el matrimonio, de la vida misma y por supuesto de Dios, y llenan a este mundo de mensajes, ataques y leyes contra la Palabra del Señor. Frente a ellos, todos los cristianos debemos trabajar en la misma senda y no tomar acciones o palabras que nos dividan, mucho menos que creen adversidades o enemistades. Esto es el ecumenismo: la búsqueda de la unidad cristiana.
Cuando alguien que se hace llamar cristiano, pero contrariando el deseo de Jesús, insulta, ataca, desprecia, injuria, difama o calumnia (sobre todo) fanática y perversamente a cristianos de otras iglesias, no tiene porqué llamarse cristiano. Ante una gran embestida internacional anti-cristiana, y antirreligiosa en general, urge primeramente el diálogo ecuménico interreligioso cristiano, no practicando o aceptando la difamación o agresión injuriante contra otros cristianos.
Hay algo ¡muy importante!: toda persona tiene el derecho de manifestar sus opiniones y diferendos con otras personas u organizaciones, criticar y señalar lo que no le parece, pero siempre dentro del trato digno que todo ser humano merece (es decir: trato cristiano), sin mentiras o injurias. Debemos vivir en paz cristiana.
Todo cristiano pues, debe conducirse como tal, amando al prójimo como a sí mismo, sin pretender excluir a los demás cristianos de esas otras iglesias y denominaciones (por eso la Iglesia Católica los considera cristianos o hermanos “separados”). Nada de que cristiano soy yo y ustedes, los demás, son otra cosa, esto es distanciar, confrontar, no unir.
Hay organizaciones religiosas, incluyendo el budismo, cristianismo, hinduismo, islam, jainismo, judaísmo, sikhismo y zoroastrismo, por ejemplo, que han iniciado ya un diálogo interreligioso, para bien del hombre, por lo que para dialogar con los no-cristianos, nosotros debemos estar unidos en Cristo, aún con nuestras divergencias.
Para que la palabra de Cristo llegue al mundo descreído o ateo, es necesario estar ecuménicamente unidos al Señor, no apartados ni enemistados, aún con diferencias doctrinales pero con el mismo Cristo. ¡Que todos gocemos de la paz del Señor!
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