El decálogo del Papa Francisco para alcanzar la felicidad
Vivir y dejar vivir, compartir el domingo en familia, jugar con los niños y darse a los demás. Estos son algunos consejos del Papa Francisco
¿Cuántas veces te has preguntado: "Yo sólo quiero ser feliz"? ¿Cuántas veces le has dicho a otra persona, "Sólo quiero que seas feliz"? ¿Te has detenido a considerar exactamente qué significa la felicidad? ¿En qué se basa, exactamente, esta felicidad que tú estás buscando? Es importante saber que algunas veces es difícil que los deseos de felicidad se hagan realidad si no estás raealmente claro sobre lo que significa la felicidad
Muchas personas creen que la felicidad es la diversión en una gran fiesta, la emoción de experimentar nuevas sensaciones, la emoción y la pasión de de disfrutar del sexo con tu cónyuge o deleitarse con los placeres de una buena comida. Estas pueden ser experiencias maravillosas y que pueden ser apreciadas, pero no son la felicidad.
Vivir y dejar vivir a los demás, cuidar la naturaleza, compartir el domingo en familia y jugar con los niños. Olvidarse de lo negativo y darse a los demás. Estos son algunos de los consejos que nos ha regalado el Papa Francisco en su decálogo para ser feliz publicado por Pablo Calvo en su entrevista al Pontífice para la revista argentina "Viva".
¿Cuál es la fórmula de la felicidad?, preguntó el periodista. Y luego dice: "El Papa Francisco no esquiva la pregunta, en esta respuesta puntual y en el resto de la charla, se anima a ensayar una receta para ser feliz".
A continuación te presentamos estos diez pequeños consejos que parecen ser parte de esa receta que se nos hace bastante complicado de alcanzar en nuestro camino de vida, pero que el Santo Padre invita y hace un llamado fraterno al pueblo de Dios y al mundo entero, a practicarlo en la cotidianidad de nuestros actos
1. Vive y deja vivir
Acá los romanos tienen un dicho y podríamos tomarlo como un hilo para tirar de la fórmula esa que dice: "Anda adelante y deja que la gente vaya adelante". Viví y dejá vivir, es el primer paso de la paz y la felicidad.
2. Darse a los demás
Si uno se estanca, corre el riesgo de ser egoísta. Y el agua estancada es la primera que se corrompe.
3. Moverse remansadamente
En Don Segundo Sombra hay una cosa muy linda, de alguien que relee su vida. El protagonista. Dice que de joven era un arroyo pedregoso que se llevaba por delante todo; que de adulto era un río que andaba adelante y que en la vejez se sentía en movimiento, pero lentamente remansado. Yo utilizaría esta imagen del poeta y novelista Ricardo Güiraldes, ese último adjetivo, remansado.
La capacidad de moverse con benevolencia y humildad, el remanso de la vida. Los ancianos tienen esa sabiduría, son la memoria de un pueblo. Y un pueblo que no cuida a sus ancianos no tiene futuro.
4. Jugar con los chicos
El consumismo nos llevó a esa ansiedad de perder la sana cultura del ocio, leer, disfrutar del arte. Ahora confieso poco, pero en Buenos Aires confesaba mucho y cuando venía una mamá joven le preguntaba: "¿Cuántos hijos tenés? ¿Jugás con tus hijos?" Y era una pregunta que no se esperaba, pero yo le decía que jugar con los chicos es clave, es una cultura sana.
Es difícil, los padres se van a trabajar temprano y vuelven a veces cuando sus hijos duermen, es difícil, pero hay que hacerlo.
5. Compartir los domingos con la familia
El otro día, en Campobasso, fui a una reunión entre el mundo de la universidad y el mundo obrero, todos reclamaban el domingo no laborable. El domingo es para la familia”.
6. Ayudar a los jóvenes a conseguir empleo
Hay que ser creativos con esta franja. Si faltan oportunidades, caen en la droga. Y está muy alto el índice de suicidios entre los jóvenes sin trabajo. El otro día leí, pero no me fío porque no es un dato científico, que había 75 millones de jóvenes de 25 años para abajo desocupados. No alcanza con darles de comer: hay que inventarles cursos de un año de plomero, electricista, costurero. La dignidad te la da el llevar el pan a casa.
7. Cuidar la naturaleza
Hay que cuidar la creación y no lo estamos haciendo. Es uno de los desafíos más grandes que tenemos.
8. Olvidarse rápido de lo negativo
La necesidad de hablar mal del otro indica una baja autoestima, es decir: yo me siento tan abajo que en vez de subir, bajo al otro. Olvidarse rápido de lo negativo es sano.
9. Respetar al que piensa distinto
Podemos inquietar al otro desde el testimonio, para que ambos progresen en esa comunicación, pero lo peor que puede haber es el proselitismo religioso, que paraliza: "Yo dialogo contigo para convencerte", no. Cada uno dialoga desde su identidad. La Iglesia crece por atracción, no por proselitismo.
10. Buscar activamente la paz
Estamos viviendo en una época de mucha guerra. En África parecen guerras tribales, pero son algo más. La guerra destruye. Y el clamor por la paz hay que gritarlo. La paz a veces da la idea de quietud, pero nunca es quietud, siempre es una paz activa.
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CARTA ENCÍCLICA
"LAUDATO SI"DEL SANTO PADRE
FRANCISCOSOBRE EL CUIDADO DE LA CASA COMÚN
http://w2.vatican.va/content/francesco/es/encyclicals/documents/papa-francesco_20150524_enciclica-laudato-si.html
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