Aurelio Germes, antes CFO de empresas cotizadas en la bolsa de NYSE
No parece.
A las empresas del sector, como a cualquier otra empresa, les importa muy poco quien paga sus costos. Si por alguna razón, algún gobierno indica que sea tal grupo de usuarios, y no los demás, quien pague tal parte de sus costos, les da exactamente lo mismo. La cuestión es que se paguen sus servicios, quién o cómo se llama quien paga, les da exactamente lo mismo.
¿Qué es el impuesto al sol?
Es la tasa pagada por particulares por la energía producida cuando tienen capacidad para volcar a la red eléctrica cableada su exceso de producción.
¿Qué NO es el impuesto al sol?
El llamado impuesto al sol no grava el autoconsumo de energía sola. Se puede consumir electricidad de la red y también de placas fotovoltaicas propias sin ningún impuesto, siempre que esa energía solar producida sea consumida y no se vuelque a la red eléctrica.
¿Qué se paga con ese impuesto al sol?
Con el impuesto al sol, que por otra parte no tiene mucha lógica y carece de visión de futuro, lo que se busca es que el costo fijo del mantenimiento de las instalaciones de red eléctrica cableada no sea, prácticamente en su totalidad, cargado a aquellos que no dispongan, por la razón que sea, de placas solares, y se vean obligados a utilizar solo la red eléctrica cableada.
Con el aumento de placas solares, el uso de la red eléctrica cableada es menor con lo que se tiene que cargar una mayor tarifa a aquellos que la usan para cubrir los costos de mantenimiento.
Con el mal llamado impuesto al sol, lo que se busca es hacer que aquellos que producen energía solar propia que vuelcan a la red, contribuyan con una tasa a mantener esa red eléctrica cableada, redistribuyendo así sus costos entre usuarios y usuarios-productores.
Es, por tanto, una distribución de quién paga los gastos de la red, si solo los que la usan como usuarios o también los que la usan para rentabilizar su producción de energía solar propia, al volcarla a la red.
Cualquier decisión en relación a este tema tendrá beneficiarios y perjudicados. Si se quita el impuesto al sol, se beneficiarán los usuarios-productores de energía solar que venden a las distribuidoras, pero se perjudicarán los usuarios que no tengan placas solares, que verán sus tarifas aumentadas en la proporción que no es pagada por los anteriores.
El llamado impuesto al sol no es la única solución posible. Hay varias otras y es una decisión política escoger una sobre otra y, como es lógico en política, cualquier partido político escogerá aquella opción que sea diferente a la que mantiene el partido opositor, para resaltar su postura contraria.
Lo que está meridianamente claro es que a las compañías de electricidad, los que en la pregunta se llaman oligarquía, les da lo mismo cómo se llame quien paga, con tal de cubrir sus costos y tener un beneficio razonable. Si no lo paga X, pues lo pagará Y. Así de sencillo.
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